- Las mejores mentiras sobre mí son las que yo mismo he contado. - Kvothe.
- Tendrías que darte cuenta de lo delgada que es la línea que separa la verdad de una mentira convincente. La línea que separa la historia de un relato entretenido. - Cronista.
- Viajé, amé, perdí, confié y me traicionaron. - Kvothe.
- Las historias reales pocas veces toman el camino más recto. - Kvothe.
- El día que empezamos a preocuparnos por el futuro es el día que dejamos atrás nuestra infancia. - Kvothe.
- Recuerda esto, hijo mío, aunque olvides todo lo demás: un poeta es un músico que no sabe cantar. Las palabras tienen que encontrar la mente de un hombre si pretenden llegar a su corazón, y la mente de algunos hombres es lamentablemente pequeña. La música llega al corazón por pequeña o acérrima que sea la mente de quien la escucha. - Arliden.
- El poder está bien, y la estupidez es, por lo general, inofensiva. Pero el poder y la estupidez juntos son peligrosos.- Kvothe.
- Mis padres bailaron juntos; mi madre con la cabeza apoyada en el pecho de mi padre. Ambos tenían los ojos cerrados y parecían perfectamente satisfechos. Si encuentras a una persona así, alguien a quien puedas abrazar y con la que puedas cerrar los ojos a todo lo demás, puedes considerarte muy afortunado. Aunque solo dure un minuto, o un día. - Kvothe.
- No comprendes realmente el océano hasta que te hallas en medio de él, rodeado de agua por todos lados extendiéndose hasta el infinito. Solo entonces comprendes lo pequeño y lo impotente que eres. - Kvothe.
- - ¿Sabes muchas historias?- Solo sé una historia. Pero mucha veces, los pequeños fragmentos parecen historias independientes. - Skarpi.
- Porque el orgullo nos hace querer cosas extrañas, y porque la generosidad debe recompensarse con generosidad. - Kvothe.
- Cuida los libros y no tendrás problemas. Ten cuidado con sus libros. Es más feroz que una osa protegiendo a sus oseznos. De hecho, preferiría que me atrapara una osa a que él me viera doblando una página. - Simmon.
- La rabia puede calentarse por la noche, y el orgullo herido puede alentar a un hombre a hacer cosas maravillosas. - Kvothe.
- Hagas lo que hagas en la vida, tu ingenio te defenderá más a menudo que una espada. - Ben.
- La mejor forma de protegerte es hacer creer a tus enemigos que no pueden hacerte daño. - Kvothe.
- Antes de empezar, dejadme decir una cosa. He relatado historias en el pasado, he pintado imágenes con palabras, he contado grandes mentiras y verdades aún mas duras. Una vez le canté los colores a un ciego. Toqué durante siete horas, pero al final me dijo que los veía: verde, rojo y dorado. Creo que eso fue más fácil que lo que intento hacer ahora. Tratar de que la entendáis describiéndola solo con palabras. Vosotros nunca la habéis visto ni habéis oído su voz. No podéis entenderlo. - Kvothe.
- No tenía ni idea de cómo la encontraría. Mi parte mas romántica y delirante pensaba que la reconocería nada más verla. Si era la mitad de radiante que su voz, brillaría como una vela en una habitación a oscuras. - Kvothe.
- Cuando hablábamos es como si realizáramos una de esas complicadas danzas cortesanas en que las parejas se sitúan a escasos centímetros uno de otro, pero (si son buenos bailarines) no llegan a tocarse.
Así llevábamos la conversación. Pero no solo nos faltaba el tacto para guiarnos: también parecíamos sordos. De modo que danzábamos con mucho cuidado, sin saber exactamente qué música escuchaba el otro, sin saber siquiera si el otro estaba bailando. - Kvothe y Denna.
- Todos los cuentos tienen profundas raíces en la realidad. - Kilvin.
- Me miras con esos ojos verdes como si yo significara algo. No me importa que tengas cosas mejores que hacer. Me conformo con tenerte a veces. De vez en cuando. Sé que puedo considerarme afortunada por eso, por tenerte aunque solo sea un poco. - Denna.
- Yo la conozco desde hace más tiempo. Sí, tu has estado entre sus brazos, has probado el sabor de su boca, has sentido su calor, y eso es algo que yo nunca he tenido. Pero hay una parte de ella que es solo para mí. Tú no puedes tocarla, por mucho que te esfuerces. Y cuando te deje, yo seguiré estando aquí, haciéndola reír. Y mi luz brillará en ella. Yo seguiré estando aquí mucho después de que ella haya olvidado tu nombre. - Kvothe.
Morí...
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