miércoles, 3 de julio de 2013

Mi primera aventura con los libros.

Hay tantas cosas que no se pueden expresar con palabras, hablar de lo que significan los libros es una de esas cosas.
Comencé a leer cuando tenía 13 años, estaba por cumplir 14.
El primer libro (Libro en serio, no los del Barco de Vapor) que leí fue "Dirigentes del mundo futuro" de Carlos Cuahtémoc Sánchez, un libro que, si me lo preguntan a mi, no escogería si tuviera que comprarlo en una tienda de libros.
Pero para mi fue mas fácil, lo habían impreso y estaba solo y abandonado en mi casa, a simple vista. Antes de que me interesara la lectura en serio, lo único que había leído eran los cuentitos del Barco de Vapor que ahora me leo en 20 minutos. 
Pues sí, DMF me llamaba y como buena niña pregunté si podía leerlo, mi mamá me miró con cara de "¿En serio?" Y en menos de lo que canta un gallo ya estaba leyendo el que iba a recordar como mi primer libro el resto de mi vida (mi primer libro en serio)
Recuerdo perfectamente de que trataba ese libro y que su temática (niños secuestrados) no era lo que la gente suponía que le iba a interesar a una niña de 13 años, en fin.
Pasaron los días y terminé el libro, me gustó mucho y cuando terminé incluso intenté satisfacerme con los libros que habían en mi casa para llenar el vacío extraño que ahora sentía en mi alma, después iba a descubrir que eso es "necesidad de leer".
Pero en mi casa no habían libros que me llamaran la atención, intenté a Paulo Coelho, y de ahí viene que no me guste mucho, con "El demonio y la señorita Prym" y descubrí que ese hombre simplemente no es mi tipo.  Así que pasó el tiempo y yo sin leer, puedo admitir que casi olvidé lo que se sentía sumergirse en un libro, y  de pronto estábamos cerca del mes de mi cumpleaños, septiembre. 
Casi nunca celebro mi cumpleaños, pero ese año mi mamá había tenido la brillante idea de que fuéramos al mar con algunas amigas y ella iba a pagar todo, así que reservó dinero para eso. Sin embargo, por cosas del destino, justo el día antes de irnos, murió la mamá de la mejor amiga de mi mamá. Así comenzó todo, primero me deprimí, mi cumpleaños se había arruinado y no podía hacer nada al respecto, o eso creía.
Como toda madre, cuando me vio tan triste, intentó decirme de mil maneras todo lo que podíamos hacer con el dinero que ella había guardado y que ahora no íbamos a ocupar en el mar, nada me llamó la atención hasta que dijo la frase mágica "PODEMOS COMPRAR LIBROS"
Y así comenzó, fuimos a la tienda de libros, compramos muchos libros y me aventuré a leer. Y ahora estoy aquí, sumergida en un mundo del que ahora, y puedo decirlo sin dudar, es imposible salir. 
Y no quiero salir.

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